16 de septiembre de 2013

Basura electrónica: Daños y efectos en el medio ambiente y en la salud humana

Actualmente, lo único que permanece estático es el cambio tecnológico. Vivimos en una época de evolución tecnológica irrefrenable donde todas las esferas de la vida se ven afectadas por la revolución digital imperante. En el marco de tal situación, el consumo de aparatos electrónicos y eléctricos (AEE) es exponencialmente creciente a nivel mundial y, dado el acortamiento en la vida útil de los aparatos, los nuevos diseños y aplicaciones, las constantes innovaciones y las ventajas del financiamiento en cuotas, se produce un constante recambio que conlleva la increyente producción de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos (RAEE). Teniendo en cuenta que la tasa de electrificación mundial es del 78.2% resulta evidente que el acceso a los AAEE va en aumento cada día, y con él asciende también la producción de RAEE. ¿Pero cuál es el impacto a nivel ambiental y en la vida humana de tal incremento?

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) calcula que se producen en el mundo hasta 50 millones de toneladas de residuos electrónicos al año. Y advierte sobre los graves impactos al medio ambiente y el riesgo en la salud humana que el tratamiento inadecuado de la basura electrónica puede ocasionar.

Según un informe de Greenpeace Argentina de marzo de 2012, “gran parte de los aparatos eléctricos y electrónicos descartados en nuestro país terminan en rellenos sanitarios o basurales a cielo abierto, con un agravante: tienen un grado mayor de toxicidad que los residuos domiciliarios comunes. Los materiales demandados a la minería para la fabricación de los AEE, son tirados literalmente a la basura o arrumbados en depósitos, ocasionando un despilfarro innecesario e irracional de materiales y contribuyendo a alimentar incesantemente la lógica extractivista”.

Además, "en la Argentina se descartan 120 mil toneladas de basura electrónica anuales. Se calcula que alrededor del 50% de estos residuos están arrumbados en oficinas, hogares, entes públicos o depósitos, más del 40% se entierra o se descarta en basurales y rellenos, y cerca del 10% ingresa en esquemas informales o formales de gestión de residuos. Esto representa un derroche de recursos que podrían recuperarse, además de una alta fuente de contaminación", insiste el informe.  

Y concluye: "Estudios realizados en la Unión Europea afirman que, en promedio, los aparatos eléctricos y electrónicos están compuestos por un  25% de componentes reutilizables, un 72% de materiales reciclables (plásticos, metales ferrosos, aluminio, cobre, oro, níquel, estaño de las placas, etc.) y un 3% de elementos potencialmente tóxicos como plomo, mercurio, berilio, selenio, cadmio, cromo, sustancias halogenadas, clorofluocarbonos, bifenilos policlorados, policloruro de vinilo, ignífugos como el arsénico y el amianto, entre otros". 

Entre los AEE que más se utilizan a diario, los teléfonos celulares y las computadoras son los que poseen la tasa más alta de reciclado. Más del 90% de sus partes pueden ser recicladas ya que son fáciles de desensamblar, reutilizar y reciclar.


¿Qué contiene una PC desechada?
  • ·         23% plástico. Recuperable
  • ·         15% vidrio. Recuperable
  • ·         32% Materiales ferrosos. Recuperable
  • ·         18% Zinc-Cobre Plomo. Recuperable
  • ·         Sólo el 3% son residuos contaminantes. Deben ser identificados y tratados



Según Greenpeace Argentina “El reciclado de los RAEE o 'Minería Urbana' tiene un doble impacto positivo. Por un lado permite recuperar metales o materiales que son cada vez más escasos y cuya obtención, a través de la minería, genera un alto impacto ambiental y social. Y al mismo tiempo frena el impacto que estos residuos generan en el ambiente al degradarse en basurales o rellenos, contaminando las napas de agua, los suelos y el aire”.

Tal como afirma Gustavo Fernández Protomastro, biólogo de la UBA, en su libro Minería Urbana y la Gestión de los residuos electrónicos: “Los impactos en el ambiente de la era Electrónico-Digital no están sólo en los aparatos que usamos y luego desechamos, sino que va desde la obtención de las materias primas, su transporte, manufactura, nuevo transporte del producto elaborado, consumo energético, repuestos, y hasta su desecho final”.

Además, “lo paradójico es que cuando hacemos minería inversa en sitios o relleno no aptos para contener lixiviados, o la quema no controlada (a nivel de emisiones y disposición de cenizas) de los RAEE, no sólo perdemos recursos muy valiosos, sino que también dispersamos por nuestro entorno (suelo, agua y aire), riesgosos contaminantes como los metales pesados como el mercurio, cadmio, bromo entre otras sustancias riesgosas y/o tóxicas. Y éstos contaminantes se infiltran y llegan al agua que tomamos o a los cultivos y ganado de los cuales obtenemos nuestros alimentos, entonces empiezan a acumularse en nuestros tejidos incrementando los riesgos de contraer enfermedades tales como el cáncer y padecer malformaciones”, afirma Protomastro en Minería Urbana y la Gestión de los residuos electrónicos.

Otro grave efecto en el medio ambiente es la estrecha relación que conecta la Era Electrónica con el mundo de las materias primas escasas. Existen algunos metales cuyo principal uso actual es en la producción de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. Por ejemplo, el 80% del indio (usado en las pantallas de LCD), algo más del 50% del rutenio (discos duros), 50% del antimonio (retardantes de llama en plásticos de AEE), 35% del estaño (en soldaduras), 30% del cobre (cables, motores) y otro 30% de la plata (contacto y soldaduras). Y mirando los super-preciados metales preciosos, el 15% del paladio y el 10% del stock del oro mundial son usados por estas industria. 


Daños en la salud y en el medio ambiente

Existen diversos daños para la salud y el medio ambiente generado por varios de los elementos contaminantes presentes en los desechos electrónicos, en especial el mercurio, el plomo, el selenio, el arsénico  y el cadmio. Cuando se mezclan con el resto de la basura y se rompen, esos metales tóxicos se desprenden y pueden resultar mortales. (Intoxicación silenciosa). Los RAEE generan el 70 % de la contaminación por metales pesados en los rellenos sanitarios y basurales. 



Mercurio
Plomo
Cadmio
Selenio
Cromo
Arsénico
Litio
Usos
Iluminación de monitores
Baterías recargables
Usado en la fabricación de vidrio
Usado para las cubiertas de metal
Tubos de rayos catódicos más antiguos
Baterías eléctricas
Efectos en la salud
Nocivo para el sistema nervioso y para el cerebro
Potencia el deterioro intelectual. Además, tiene efectos perjudiciales en todo el sistema circulatorio. Provoca anemia y aumento de la presión sanguínea
Daña los huesos y los riñones además de producir fallas en la reproducción y la posibilidad de infertilidad.
El selenio está considerado un elemento peligroso para el medio ambiente por lo que sus compuestos deben almacenarse en áreas secas evitando filtraciones que contaminen las aguas.
Es Cancerígeno
Puede provocar hipotiroidismo

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