Actualmente, lo único que permanece estático es el cambio
tecnológico. Vivimos en una época de evolución tecnológica irrefrenable
donde todas las esferas de la vida se ven afectadas por la revolución digital
imperante. En el marco de tal situación, el consumo de aparatos electrónicos
y eléctricos (AEE) es exponencialmente creciente a nivel mundial y, dado el
acortamiento en la vida útil de los aparatos, los nuevos diseños y
aplicaciones, las constantes innovaciones y las ventajas del financiamiento en
cuotas, se produce un constante recambio que conlleva la increyente
producción de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos (RAEE).
Teniendo en cuenta que la tasa de electrificación mundial es del 78.2% resulta
evidente que el acceso a los AAEE va en aumento cada día, y con él asciende
también la producción de RAEE. ¿Pero cuál es el impacto a nivel ambiental y en
la vida humana de tal incremento?
El Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma)
calcula que se producen en el mundo hasta 50 millones de toneladas de
residuos electrónicos al año. Y advierte sobre los graves impactos al
medio ambiente y el riesgo en la salud humana que el tratamiento
inadecuado de la basura electrónica puede ocasionar.
Según un informe de Greenpeace Argentina de marzo de 2012, “gran parte de los aparatos
eléctricos y electrónicos descartados en nuestro país terminan en rellenos
sanitarios o basurales a cielo abierto, con un agravante: tienen un grado
mayor de toxicidad que los residuos domiciliarios comunes. Los materiales
demandados a la minería para la fabricación de los AEE, son tirados
literalmente a la basura o arrumbados en depósitos, ocasionando un despilfarro
innecesario e irracional de materiales y contribuyendo a alimentar
incesantemente la lógica extractivista”.
Además, "en la Argentina se descartan 120 mil toneladas de basura
electrónica anuales. Se calcula que alrededor del 50% de estos residuos
están arrumbados en oficinas, hogares, entes públicos o depósitos, más del 40%
se entierra o se descarta en basurales y rellenos, y cerca del 10% ingresa en
esquemas informales o formales de gestión de residuos. Esto representa un derroche
de recursos que podrían recuperarse, además de una alta fuente de
contaminación", insiste el informe.
Y concluye: "Estudios realizados en la Unión Europea afirman que, en
promedio, los aparatos eléctricos y electrónicos están compuestos por un 25%
de componentes reutilizables, un 72% de materiales reciclables
(plásticos, metales ferrosos, aluminio, cobre, oro, níquel, estaño de las placas, etc.) y un 3% de elementos potencialmente
tóxicos como plomo, mercurio, berilio, selenio, cadmio, cromo, sustancias
halogenadas, clorofluocarbonos, bifenilos policlorados, policloruro de vinilo,
ignífugos como el arsénico y el amianto, entre otros".
Entre los AEE que más se utilizan a diario, los teléfonos
celulares y las computadoras son los que poseen la tasa más alta de reciclado.
Más del 90% de sus partes pueden ser recicladas ya que son fáciles de
desensamblar, reutilizar y reciclar.
¿Qué contiene una PC desechada?
- · 23% plástico. Recuperable
- · 15% vidrio. Recuperable
- · 32% Materiales ferrosos. Recuperable
- · 18% Zinc-Cobre Plomo. Recuperable
- · Sólo el 3% son residuos contaminantes. Deben ser identificados y tratados
Según Greenpeace Argentina “El reciclado de los RAEE o 'Minería
Urbana' tiene un doble impacto positivo. Por un lado permite recuperar
metales o materiales que son cada vez más escasos y cuya obtención, a
través de la minería, genera un alto impacto ambiental y social. Y al mismo
tiempo frena el impacto que estos residuos generan en el ambiente al
degradarse en basurales o rellenos, contaminando las napas de agua, los suelos
y el aire”.
Tal como afirma Gustavo Fernández Protomastro, biólogo de la
UBA, en su libro Minería Urbana y
la Gestión de los residuos electrónicos: “Los impactos en el
ambiente de la era Electrónico-Digital no están sólo en los aparatos que usamos
y luego desechamos, sino que va desde la obtención de las materias primas,
su transporte, manufactura, nuevo transporte del producto elaborado, consumo
energético, repuestos, y hasta su desecho final”.
Además, “lo paradójico es que cuando hacemos minería
inversa en sitios o relleno no aptos para contener lixiviados, o la quema
no controlada (a nivel de emisiones y disposición de cenizas) de los RAEE, no
sólo perdemos recursos muy valiosos, sino que también dispersamos por nuestro
entorno (suelo, agua y aire), riesgosos contaminantes como los metales pesados
como el mercurio, cadmio, bromo entre otras sustancias riesgosas y/o tóxicas.
Y éstos contaminantes se infiltran y llegan al agua que tomamos o a los
cultivos y ganado de los cuales obtenemos nuestros alimentos, entonces empiezan
a acumularse en nuestros tejidos incrementando los riesgos de contraer
enfermedades tales como el cáncer y padecer malformaciones”, afirma Protomastro
en Minería Urbana y la Gestión de los residuos electrónicos.
Otro grave efecto en el medio ambiente es la estrecha
relación que conecta la Era Electrónica con el mundo de las materias primas
escasas. Existen algunos metales cuyo principal uso actual es en la
producción de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. Por ejemplo, el 80% del
indio (usado en las pantallas de LCD), algo más del 50% del rutenio
(discos duros), 50% del antimonio (retardantes de llama en plásticos de AEE), 35%
del estaño (en soldaduras), 30% del cobre (cables, motores) y otro 30%
de la plata (contacto y soldaduras). Y mirando los super-preciados metales
preciosos, el 15% del paladio y el 10% del stock del oro mundial
son usados por estas industria.
Daños
en la salud y en el medio ambiente
Existen diversos daños para la salud y el medio ambiente
generado por varios de los elementos contaminantes presentes en los desechos
electrónicos, en especial el mercurio, el plomo, el selenio, el arsénico
y el cadmio. Cuando se mezclan con el resto de la basura y se rompen,
esos metales tóxicos se desprenden y pueden resultar mortales. (Intoxicación
silenciosa). Los RAEE generan el 70 % de la contaminación por metales
pesados en los rellenos sanitarios y basurales.
Mercurio
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Plomo
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Cadmio
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Selenio
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Cromo
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Arsénico
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Litio
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Usos
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Iluminación de monitores
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Baterías recargables
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Usado en la fabricación de vidrio
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Usado para las cubiertas de metal
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Tubos de rayos catódicos más antiguos
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Baterías eléctricas
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Efectos en la salud
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Nocivo para el sistema nervioso y para el cerebro
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Potencia el deterioro intelectual. Además, tiene efectos perjudiciales en todo el sistema circulatorio. Provoca anemia y aumento de la presión sanguínea
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Daña los huesos y los riñones además de producir fallas en la reproducción y la posibilidad de infertilidad.
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El selenio está considerado un elemento peligroso para el medio ambiente por lo que sus compuestos deben almacenarse en áreas secas evitando filtraciones que contaminen las aguas.
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Es Cancerígeno
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Puede provocar hipotiroidismo
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